martes, 3 de febrero de 2015

Etnoborda: Estudi Moliné le descubre la ‘borda’, típica construcción del Pirineo.

El estudio de Gerard Moliné ha recuperado una borda para convertirla en una nueva experiencia de montaña de carácter etnográfico. Este tipo de construcción propia del Pirineo se usaba normalmente para guardar el ganado y otros fines agrícolas. Con el tiempo muchas de ellas han sido reconvertidas en viviendas o alojamientos rurales. La propuesta de Estudi Moliné va un poco más allá del típico establecimiento de agroturismo, pues ofrece una inmersión en el entorno a través de actividades que permitan conocer a fondo la cultura local.
Se trata de un proyecto financiado y diseñado en su totalidad por Estudi Moliné. Se llama Etnoborda y se encuentra en el Pirineo leridano, cerca de Andorra. Desde el salón y la sala de trabajo del segundo piso se puede disfrutar de las maravillosas vistas de la zona.
La borda es una edificación que combina piedra y madera dividida habitualmente en dos plantas. En este caso, cuenta con 150 metros cuadrados de espacio interior entre los dos niveles. Tiene tres baños y cuatro dormitorios, dos de ellos muy espaciosos y otros dos en zona ático. Se han equipado de manera muy sencilla con piezas de madera natural y baldosa blanca que aportan luminosidad al lóbrego fondo de piedra.
En la planta baja se encuentra una amplia cocina con comedor. En el momento de hacer la reserva, Etnoborda le ofrece la posibilidad de adquirir una cesta con los alimentos necesarios para elaborar todas las comidas de la estancia. Dependiendo de cada estación del año, contendrá ciertos productos de temporada locales y artesanales. Esta cesta incluye no sólo todos los alimentos necesarios para elaborar dos cenas, dos desayunos y una comida, sino también las recetas, explicaciones y sugerencias para llevarlo todo a cabo.
Una de las curiosidades de esta zona es que cuenta con una cocina económica para quienes quieran cocinar con leña.
El exterior tiene una parcela de jardín de 190 metros cuadrados en la que destaca especialmente la piscina-mirador de piedra que surge del muro. También hay una zona de barbacoa y un porche con terraza para los días de calor. Si bien dan ganas de quedarse ahí y no salir en dos días (o meses), el paisaje pide a gritos ser explorado. Puede hacerlo por su cuenta o sumarse a la actividades organizadas.

Para más información visiten: Estudi MolinéEtnoborda 
Vía: diarioDESIGN














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