miércoles, 4 de febrero de 2015

Bella reforma en los Hampton de Nueva York, por Amee Allsop

El actual propietario de esta casa, situada en los Hampton de Nueva York, se enamoró de la propiedad arbolada porque le recordaba a su hogar en Australia. La conexión de la vivienda con la naturaleza y la gran tarima la rodea emanaban una forma de vida característica australiana.


Construida alrededor de 1980, la casa era sencilla pero tenía buenas estructuras y la reforma, realizada por la arquitecta Amee Allsop, permitió rediseñar cada estancia de la casa con el fin de maximizar el espacio mediante la lógica y la simplicidad.
El interior se revistió de un blanco minimalista casi total, con aberturas diseñadas para capturar las vistas de los alrededores pero también el azul del cielo. De esta manera, se abrió un gran lucernario en el caballete del tejado que inunda de luz cenital la zona de estar y la cocina durante todo el día mientras las ventanas enmarcan sobre el fondo blanco la verde hojarasca de los árboles.
Además, la pasión del cliente por la cocina saludable fue fundamental en el diseño de la cocina como un lugar de la casa para compartir con los invitados.
En el dormitorio principal, se añadió una ventana para capturar la luz de la mañana y las vistas del cielo, mientras se toma un baño en la bañera exenta.
Para todo el interior se eligió una paleta cromática de tonos blancos con toques de negro a través de los accesorios y las lámparas, como ocurre en el baño con la grifería o en dormitorio, con las dos luminarias colocadas en el cabezal de la cama.
También las nuevas y anchas lamas de madera de abeto Douglas, de origen local, se han blanqueado, creando una caja en consonancia con las paredes y techo, con cambios de texturas.  Las vetas de la madera se ha convertido en un delicado motivo que pone una nota de relieve al telón blanco de fondo mientras el espacio se permite estallidos de color a través de las piezas de mobiliario y las obras de arte.
Además de utilizarse como residencia de verano, el cliente tenía intención de organizar retiros de yoga. Así, el sótano dejó de ser una sala de billar oscura y húmeda para transformarse en un amplio dormitorio adyacente a un amplio espacio para el baño con vistas a los árboles.
Para más información visiten: Amee Allsop 






















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